viernes, 8 de octubre de 2010

¿De dónde soy?

 Empezare por mis abuelos por parte de mi papa, mi abuelo Agustín es el de San Luis Potosí y también mi abuela Irene. Lo que hacían ellos es ir al centro a plaza de armas y disfrutar de los fuegos artificiales y la comida con la familia.
Con mis abuelos por parte de mi mama, mi abuela José es originario de San Luis Potosí, también mi abuela, ellos celebraban con la familia en casa, hacían fiesta y terminaba temprano, eran como tardeadas, disfrutando con los primos y tíos, todos contando historias graciosas de su vida juntos y cuando era la hora del grito, todos festejaban cantando y gritando “viva México”.
Para terminar con mi familia, mi papa y mi mama son de San Luis Potosí, ellos festejan el bicentenario con la familia se juntan los familiares, comen muchas comidas típicas, la música de acuerdo con el festejo, es más que nada la convivencia. 

El ser mexicano


Ser mexicano, no es irle y entregarse en cuerpo y alma a la Selección Nacional de Fútbol en medio de un partido televisado, mientras ríos de cerveza corren ante los animados (o más bien desanimados espectadores dado que el “Tri” por lo regular pierde) inundado de anuncios en anglosajonas frases publicitarias, lanzadas en vulgar tropel hacia los inermes y embrutecidos televidentes.
Ser mexicano o mexicana tampoco implica el coronarse la testa con un enorme sombrero de paja ni lucir un rebozo de bolita que rescatado de su encierro de un año sale una vez más a la luz para ser usado de “rara estola” o “babero de antro”, según se dé el caso. Mientras hombres y mujeres; modernos carabineros y adelitas; “weekend warriors postmodernistas” de todos los rincones de la tierra chichimeca celebran la sangre derramada por los próceres patrios a grito interprete de: “VIVA MÉXICO”.
Estaremos de acuerdo, en el hecho de que, dado el bajo nivel de educación nacional, los valores identificados con la resonante patria y orgullo racial prácticamente se dan por olvidados o intercambiados por chillonas estampitas de bustos representativas del cura Hidalgo, el valiente Morelos, así como el genio militar de Allende, revueltas con algún personaje de los pokemon, teniendo más valor estas últimas, ya que, como lo indican sus empaques: son “coleccionables”.
Claro que la pérdida de identidad no es exclusivamente culpa de los jóvenes, cuando los pocos que hacen por estar medianamente enterados de su entorno son bombardeados por campañas de políticos corruptos, los cuales a lo largo de su miserable existencia sólo han sabido enarbolar la bandera de la codicia mostrando y poniendo el ejemplo de que el poder sustentado en el dinero es por lo único que vale la pena luchar a lo largo y ancho de esta vida matraca.
Eso sí es ser mexicano y sentirse mexicano. El mexicano respira, camina, vive y muere como lo que es, acunado desde la primera luz de la vida en un rebozo,  rodeado de cactus y alboradas que se escurren de entre los cerros de nuestra irregular orografía, amamantado por los colores de sus ropas y el preciosismo de su artesanía; nutrido por su lenguaje florido, chispeante y pringado de palabras endémicas, pero suyo, muy suyo.
Porque muchos quisieran ser mexicanos y tener la riqueza que nosotros tenemos, empezando por el himno nacional, su letra, la música, la bandera, nuestra comida típica: los tamales, pozole, mole, chiles, porque todo esto es parte de nosotros y siempre lo va a ser, nuestra historia es única llena de lucha y libertad, que hoy en día se ve amenazada por gente sin estudios, pero eso es otra cosa. Hablamos de que debemos estar orgullosos de nosotros porque somos mexicanos, trabajamos el doble para salir adelante y sin embargo siempre tenemos una sonrisa, tratamos de mantenerla aunque las circunstancias no sean las convenientes y tratamos de sobresalir, porque un mexicano no se echa para atrás, sino sigue adelante hasta donde dios se lo permita, porque yo me siento orgullosa de ser mexicana y saber que tenemos mucho para salir adelante, solo es de apoyarnos y querer hacer las cosas, por eso y más ahí que estar orgullosos de ser mexicanos porque como nosotros no hay nadie igual.
Ahora sí entiendo lo que es ser mexicano y me enorgullece ser uno más de los nacidos en esta tierra huachichil.

¿Cómo se festeja en San Luis Potosí?



En México el 16 de Septiembre constituye la festividad máxima de la Patria.

Este día no trabaja nadie ni siquiera la Bolsa de Valores. En la mayoría de las ciudades se hacen celebraciones cívicas realizando honores a la bandera. Por las principales calles de las ciudades se organiza un desfile en el que marchan los niños de las diferentes escuelas, y otros representan los hechos ocurridos el 16 de septiembre de 1810.
Hablare de como celebramos en San Luis Potosí; bueno en San Luis Potosí se celebra de manera tranquila. La mayoría de la gente va a palacio nacional ubicado en plaza de armas; la población de San Luis Potosí va y hay toda variedad de platillos mexicanos des de pozole, atole, enchiladas, gorditas, tamales etc.
Todos ansiosos esperando el grito por parte del gobernador de San Luis Potosí, el gobernador a las 12:00 pm empieza a gritar “viva México” y los héroes, menciona algunos héroes como miguel hidalgo: viva miguel hidalgo, Ignacio Allende, Josefa Ortiz de Domínguez, Aldama etc. Empiezan los fuegos artificiales tratando de formar varias figuras respecto al tema el bicentenario.

Después del gran grito anhelado,  la mayoría de la gente sigue disfrutando con su familia en la plaza, unos cenando, los niños jugando, otros simplemente se van a su casa y algunos se van a su casa, pero siguen la fiesta con su familia, me refiero a que se junta toda la familia para convivir y celebrar lo mexicanos que somos, lo orgullosos que nos sentimos de esto por eso  yo les contare que es para mí ser mexicana y parte de mis raíces, me refiero a cómo se festejo el bicentenario, donde nacieron mis abuelos.

San Luis Potosí y el bicentenario:

Hola a todos, que estén súper bien, gracias por visitar el blog.
Desde el siglo XIX la tradición de cambiar el nombre a las calles.
Tras destacar que la tradición de cambiar de nombre a las principales vialidades de la geografía urbana de las ciudades es una costumbre que inició desde el siglo XIX, la historiadora Flor de María Salazar Mendoza destacó que la celebración del Centenario y Bicentenario de la Independencia y la Revolución de nuestro país, son ocasión propicia para que autoridades de los diferentes niveles de gobierno tomen la iniciativa de "renombrar" las arterias más importantes de cada localidad.
Destacó que esta costumbre inició cuando México logró su independencia hacia el año de 1821, no sucedió de manera inmediata debido a las peleas por el poder que existían al interior. Indicó que como surgió la necesidad de imponer en la memoria colectiva el nombre de grandes héroes de nuestra historia, también existió la negación a los villanos de la misma, de tal suerte que no encontramos monumentos ni vialidades dedicadas a Antonio López De Santa Anna o Porfirio Díaz.
En contraparte, recordó que a la caída del Imperio de Maximiliano, el entonces gobernador de San Luis Potosí, Juan Bustamante; emitió un decreto mediante el cual todas las localidades del estado debían edificar un monumento a Benito Juárez, pero el alto costo que representaba obligó a modificarlo por la imposición de su nombre a una vialidad en cada ciudad o villa.
Hizo hincapié en que la importancia de esta tradición de renombrar las calles es contribuir a mantener la memoria de los acontecimientos históricos más importantes del país.